
...Pero mi vestido se quedó colgado en un rincón y después de llorar en cada luna menguante,
la luna de miel nunca llegó. Nunca pude probarme ese
vestido y las
invitaciones nunca llegaron a sus destinarios, en cambio de eso recibi una que otra mirada compasiva y una palmada en el hombro seguida de una
locura infalible que me
inventé para no tener que contestar lo que antes que otros ya me había preguntado.
La tela empezó a
corroerse cuando la polilla la invadió, tanto como a mi la
entrañable soledad que era otra que me carcomía en cada vistazo a ese vestido tan blanco y ahora percudido, sin sueños, sin final feliz y lo más doloroso...
sin estrenarse.
Sí,
acepto que creí sus promesas falsas,
si acepto unirme a la sobriedad
si acepto ...
HelenHerrera.- si acepto.-
Del libro
-"Cosas que hablan desde un clóset"
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