Ven a España...

Begoña bailaba flamenco. Había llegado por avión en vez de usar un barco como sus ancestros que llegaron siglos atrás a conquistar México, aunque ella también anhelaba lo mismo. Por las noches en su país Vasco soñaba que sería una bailarina famosa que recorrería las ciudades mas importantes del mundo, lo mismo se soñaba en París que en Inglaterra o posando en el estadio Maracaná del Brasil, su madre le decía: "Ay Begoña, maja por dios deja de soñar y anda ven ayudame con los berros." Algo le decía que haría patria fuera de su tierra española por que estaba convencida que su talento era distintivo a los demás y ni siquiera ella misma sabía en qué se diferenciaba pero algo por dentro le decía:" Begoña, tu estas hecha para algo grande mujer" empacó sus zapatos exitosos en los foros españoles donde se representó por una temporada "Los besos de Otilia" ¡Que magnánimo! se pensaba ella misma cuando entraba a escena y bailaba casi elevándose sobre la tarima. Mientras Begoña miraba por la ventanilla del avión se dió cuenta que había dejado una vida hecha en su España pero se consolaba diciéndo: "solo será por un tiempo" . Enderezó el cuerpo y se mantuvo erguida soñando despierta con los montones de aplausos y éxitos que llevaría con ella cuando regresará a la Vieja España "Ya me imagino - se dijo para sus adentros- "cuando le cuente a Arabela y a jorgito Estrada la cantidad de lugares que recorrí por América " ah, por que México solo sería su tabla para brincar hacia otros horizontes al lado de la compañía que creyó en ella a sus diesisiete años. Al llegar a México se diò cuenta que su España había quedado ya muy atrás, echó un vistazo por la ventanilla del taxi y vió una niña tragafuego en la esquina a la cual le fueron dados unos centavos, se le echinó la piel y prefirió voltear hacia otro lado al mismo tiempo que pensó " este va ser un largo viaje". Sietes Meses en México habían sido ni buenos ni malos, simplemente había trabajado para hacerse de ropa nueva y cubrir apenas la renta de su departamento jamás pensó que las rentas fueran tan elevadas en aquella colonia llamada "La condesa" que según ella había escuchado años anteriores había sido una colonia "chick" llena de intelectuales y artistas ahora embutida de comercios y casonas abandonadas ante las cuáles nunca se detenía. La navidad imperaba en la capital, Begoña había decidido quedarse en vez de seguir a su compañía a San Salvador pensó que le convendría buscar oportunidades por su propia cuenta después de todo habia hecho contactos por aqui y por allá. Por lo mismo abordó un avión en Guatemala donde estaría de vacaciones mientras pasaban las fiestas decembrinas: -donde quiera será mejor que aquí- pensó puesto que la ciudad de México le parecía fría asi que después de telefonear a su madre y ponerla al tanto de todo colgó diciendo: te llamaré madre cuando tenga algo fijo. En Guatemala conoció a Michel, un estadounidense que la había invitado a Nueva York para que hiciera unas audiciones en una gran compañía teatral de Brodway, ella pensó que había llegado su gran oportunidad y no estaba dispuesta a dejarla ir, empacó sus maletas, entregó las llaves del departamento que rentó en la "condechi" como ella ya le llamaba y se fue con Michel - año nuevo, vida nueva- abordaron el taxi que los llevó al aeropuerto de Tijuana, Begoña no entendía por que habían hecho escala en aquel lugar hasta que vió tres tipos acercarse y subir junto con ellos a un carro donde uno de estos le dijo a Michel: " Procura traer mas españolas, nuestros clientes pagaran bien por ellas" Begoña sintió un frío inmenso que desembocó en un miedo al mirar a Michel éste se bajó del carro mientras uno de los tres tipos corpulentos ató de las manos a Begoña y le cerró los labios con un pañuelo. Bego, como le llamaban sus amigos, vió alejarse aquel hombre y con el se iba alejando también la libertad, sus sueños y su madre, sabría dios si algún dia volvería a verlos. Tres años después Begoña fue liberada junto con trece jovencitas de diferentes nacionalidades guatemaltecas, tijuanenses, rusas y salvadoreñas presas de las redes de los traficantes humanos que las habian prostituido, humillado, golpeado y perpetrado en el fondo de sus almas allá donde su cuerpo ya no se sentía;su cuerpo maltrecho y sucio de labias y orgías, parecía haber muerto, les habian roto poco mas que la vida misma, y eso era la esperanza. Begoña regresó a México a los 24 años solo para partir a su Madre Patria, pediría algo de dinero a sus conocidos para al menos no regresar a su casa con las manos vacías, se preguntaba sobre su madre, sobre su compañía de danza teatral a la que abandonó cuando menos debía. Una vez en el aeropuerto vió un cartel promocional que decía "Ven a España" y ella pensó que era un mensaje subliminal.